La máquina perpetua

Cuando se lee una buena novela, hay un momento en que se tiene la impresión bastante clara de que la narración se ha echado a andar. La señal más frecuente es que logramos sumergirnos en el mundo alternativo de la ficción, olvidándonos a veces durante horas de lo ocurre a nuestro alrededor. Todos hemos experimentado de vez en cuando la capacidad que tiene una narración para, como dice Vargas Llosa, bajar nuestras defensas críticas y sumergirnos en el mundo de la ficción. ¿Cómo lo logran? (…)
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