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Decir o mostrar, he ahí el dilema

Ser o no ser...

No es raro en­con­trar con­se­jos so­bre la prác­tica de la es­cri­tura for­mu­la­dos de tal ma­nera que pa­re­cen re­glas cien­tí­fi­cas que uno de­be­ría se­guir a riesgo de des­en­ca­de­nar una reac­ción ter­mo­nu­clear en el texto. Esto puede so­nar a hi­pér­bole, pero es el caso del con­sejo tan co­mún en el mundo an­glo­sa­jón, «no de­cir, mos­trar», que ahora em­pieza a apa­re­cer tam­bién en los fla­man­tes ta­lle­res his­pa­noa­me­ri­ca­nos. No es que el con­sejo esté siem­pre mal sino que dudo que esté siem­pre bien (…)

Recordar el futuro

Joseph Conrad

De­cir que una no­vela pu­bli­cada en 1907 ha sido una de las más ci­ta­das en los me­dios an­glo­sa­jo­nes con mo­tivo del 11 de se­tiem­bre del 2001 puede so­nar a exa­ge­ra­ción gra­tuita. Sin em­bargo, ése es el caso de El agente se­creto de Jo­seph Con­rad. Re­sulta in­quie­tante que un es­cri­tor que to­da­vía no ha­bía visto las dos gran­des gue­rras del si­glo veinte, ni sus san­grien­tas re­vo­lu­cio­nes, fuera ca­paz de an­ti­ci­parlo en una no­vela que no ha go­zado del re­co­no­ci­miento que se merece (…)

El americano impasible

El americano impasible

Se dice que Graham Greene era un es­cri­tor que plan­teaba sus na­rra­cio­nes de una ma­nera ci­ne­má­tica. Él mismo afirma que, por lo me­nos en dos de sus no­ve­las, em­pleó el mé­todo del re­por­taje pe­rio­dís­tico, más vi­sual que des­crip­tivo. Esto no sig­ni­fica, sin em­bargo, que sus no­ve­las sean fá­cil­mente adap­ta­bles al cine. Pa­rece ser todo lo con­tra­rio, por ejem­plo, con El ame­ri­cano im­pa­si­ble, que pu­blica en 1955, una año des­pués que la Con­fe­ren­cia de Gi­ne­bra de­ci­diera ter­mi­nar la ocu­pa­ción co­lo­nial fran­cesa, par­tiendo Viet­nam en el Pa­ra­lelo 17 (…)

Corazón de tinieblas

Apocalypse Now

El año 1999 fue bas­tante fruc­tí­fero en tér­mi­nos li­te­ra­rios: se pu­blicó True at First Light, que He­ming­way dejó sin ter­mi­nar; Gün­ter Grass re­ci­bió el Pre­mio No­bel; Ian McE­wan pu­blicó Ams­ter­dam; y J.M. Coet­zee pu­blicó Des­gra­cia, y ganó el Boo­ker Prize. Quizá por la al­ga­ra­bía del mo­mento na­die se acordó que El co­ra­zón de las ti­nie­blas de Jo­seph Con­rad cum­plía cien años (…)