Archivo de 'Taller'

Decir o mostrar, he ahí el dilema

Ser o no ser...

No es raro en­con­trar con­se­jos so­bre la prác­tica de la es­cri­tura for­mu­la­dos de tal ma­nera que pa­re­cen re­glas cien­tí­fi­cas que uno de­be­ría se­guir a riesgo de des­en­ca­de­nar una reac­ción ter­mo­nu­clear en el texto. Esto puede so­nar a hi­pér­bole, pero es el caso del con­sejo tan co­mún en el mundo an­glo­sa­jón, «no de­cir, mos­trar», que ahora em­pieza a apa­re­cer tam­bién en los fla­man­tes ta­lle­res his­pa­noa­me­ri­ca­nos. No es que el con­sejo esté siem­pre mal sino que dudo que esté siem­pre bien (…)

Final de juego

Final de juego

Es ex­tra­or­di­na­ria la aten­ción que han re­ci­bido las pri­me­ras pa­la­bras de las no­ve­las; y con mu­chí­sima ra­zón, ya que son el um­bral que el lec­tor puede ele­gir no cru­zar nunca. Las úl­ti­mas pa­la­bras, por el con­tra­rio, han sido casi ol­vi­da­das, a pe­sar de que si un lec­tor llega hasta ellas son el um­bral que cruza sin falta. Este ol­vido es de la­men­tar, ya que me atrevo a su­ge­rir que el fi­nal de una no­vela, si no es lo más im­por­tante, está en un se­gundo lu­gar in­cues­tio­na­ble a pe­sar de la poca prensa que recibe (…)

Para no caer del puente

Un puente indestructible

Una no­vela nos llega a ve­ces como una fruta de ul­tra­mar, en­vuelta en una pro­tec­ción, una cás­cara, y, casi siem­pre, con un se­llo. Todo lo cual de­be­mos se­pa­rar cui­da­do­sa­mente an­tes de po­der dis­fru­tar de su pulpa ju­gosa. Una de esas en­vol­tu­ras, que en la jerga de la crí­tica se llama «ele­mento pa­ra­tex­tual», es el epí­grafe, suerte de puente que nos une, y a ve­ces se­para, del texto de la novela (…)

II">Herramientas de escritor II

II">La legendaria Olivetti Lettera 32 de Cormac McCarthy

En la en­trada an­te­rior plan­tee los dos pro­ble­mas de di­seño que aque­ja­ban a to­dos los pro­ce­sa­do­res de texto hasta hace muy poco. En gran parte por­que no ha­bían sido di­se­ña­dos con las ne­ce­si­da­des del es­cri­tor en mente. Fe­liz­mente es una si­tua­ción que em­pezó a cam­biar el año 2003 (…)

Herramientas de escritor I

Escribiendo a la antigua

Po­dría pa­re­cer que con la apa­ri­ción de la compu­tadora per­so­nal los es­cri­to­res de­bie­ron ver so­lu­cio­nado dos de sus gran­des pro­ble­mas. La nueva tec­no­lo­gía nos sólo pro­me­tía si­len­ciar de una vez por to­das la rui­dosa má­quina de es­cri­bir sino tam­bién eli­mi­nar la te­diosa ta­rea de re­ti­pear un ma­nus­crito des­pués de una ronda de co­rrec­cio­nes. La­men­ta­ble­mente, hasta hace poco, las he­rra­mien­tas de es­cri­tor eran, por lo me­nos, insuficientes (…)

II)">Ahí está el detalle (II)

II)">La maleta era grande y pesada

En la en­trega an­te­rior, de­ja­mos en sus­penso la pre­gunta: si un es­cri­tor sólo puede usar unos po­cos de­ta­lles, ¿con qué cri­te­rio se­lec­ciona los de­ta­lles no esen­cia­les? No basta, por su­puesto, con de­cir que los de­ta­lles se eli­gen con la in­ten­ción de pro­du­cir el efecto de reali­dad del que ha­bla Bart­hes, ya que esto no se­ñala cómo se lleva a cabo di­cha se­lec­ción. Bart­hes de­cía que un de­ta­lle no esen­cial cum­ple dos fun­cio­nes: la de re­pre­sen­tarse a sí mismo, y la de re­pre­sen­tar la reali­dad (la «ilu­sión re­fe­ren­cial»). Me atrevo a su­ge­rir que ade­más de esas dos fun­cio­nes hay otras tres que tra­taré a continuación (…)

Caer del estado de gracia

Desgracia

Uno de los te­mas cen­tra­les de la no­vela Des­gra­cia de J.M. Coet­zee, pu­bli­cada en 1999, es la caída so­cial de un pro­fe­sor uni­ver­si­ta­rio. La adap­ta­ción al cine, di­ri­gida por Steve Ja­cobs, pa­rece ilus­trar otro tipo de caída: lo que pasa cuando un ci­neasta se niega a asu­mir las di­fe­ren­cias que hay en­tre la no­vela y el cine (…)